Tuvimos la oportunidad de acceder a la beta cerrada – la segunda semana en la que estuvo disponible – de la cuarta entrega de Black Ops, desarrollada como ya es característica en este spin-off por Treyarch.

Para esta beta se agregó un nuevo modo llamado “Heist” el cual consiste en asegurar un botín y llevarlo al punto de extracción.

En tu camino, como es lógico, deberás hacer frente al equipo rival en un duelo de 6 vs. 6. Al morir ya no podrás volver hasta la siguiente partida, lo que le otorga a este modo cierto nivel estratégico, motivándote a no salir de golpe y pensar bien tus movimientos (algo así como un Buscar y Destruir).

Algo particular de este modo es que, al momento de empezar una ronda, te saldrá un menú para poder comprar tu armamento – como si fuera Counter Strike –  y deberás administrar bien el dinero que tienes para equiparte de la mejor manera posible.

Además de este modo tenemos los clásicos TDM (Team Deathmatch), Buscar y Destruir, Control y Hardpoint. Decidimos entrar de primeras a una partida de Team Deathmatch para notar si había cambios y grata fue nuestra sorpresa al descubrir que sí, en efecto, todo el multijugador luce diferente.

De primeras, podemos decir que este nuevo Call of Duty está apuntando a dejar el multijugador convencional que siempre lo ha caracterizado para convertirse en una suerte de “Hero Shooter”, género muy popular donde entran FPS’s como Overwatch o Rainbow Six Siege.

En el caso de Black Ops, los especialistas, quienes vuelven después de haber sido protagonistas en la tercera entrega, esta vez llegan con importantes diferencias. Ahora cada personaje consta de 2 habilidades. Así, por ejemplo, tienes a Nomad quien puede poner una trampa como si fuera una mina y usar a la vez su habilidad que es la de llamar a un perro para que este ataque a los demás jugadores.

Pero el cambio más importante de todos es el sistema de salud. Atrás queda la recuperación automática; ahora deberás pulsar un botón (L1 en PlayStation 4) para inyectarte medicina. Esto cambia radicalmente la jugabilidad pues en muchas oportunidades – y por costumbre – se nos olvidaba de esta nueva opción y moríamos después de varios disparos.

Igualmente, se dejó de lado los dobles saltos, caminar por las paredes y demás cosas futuristas que, en lo personal, me hicieron dejar de lado Black Ops 3. Por otro lado, al momento de finalizar una partida ya no saldrá la persona que hizo la última muerte. Esto ha cambiado para mostrar al “mejor jugador de la partida”, incluyendo una brevísima cinemática del especialista que haya usado.

En relación a los escenarios, estos no son unas ratoneras, pero tampoco son mapas gigantescos. Treyarch les ha dado un buen balance para equilibrar las cosas y no generar situaciones en que los famosos campers se mantengan toda la partida en un solo lugar.

Sin embargo, y esto podría ser algo mínimo, los especialistas no me generan ninguna empatía. No tienen un propósito en la pelea y solo están limitados a decir: “’x’ especialista está muerto”. Un añadido que podría ser bueno es el de generar conversaciones en mitad de la batalla o frases más carismáticas.

Sin duda, este es el Call of Duty que más se ha sentido como una de esas antiguas entregas cuando la IP era imparable. Ni siquiera WW2 que alardeaba de volver a los orígenes le hace frente al frenetismo de los combates. Ahora, al cambiar a peleas de 6 vs. 6, la lucha es más personal ymucho más directa, pero cuesta conseguir una buena racha de bajas si no estás atento.

Ahora solo queda esperar a setiembre para poder probar Blackout, el modo Battle Royale que estrenará la franquicia.

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Ser periodista me hizo pensar en no querer ser periodista. Tengo un podcast llamado "Mi vida con cómics" y no hablo de cómics.

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