El horror y el miedo casi siempre han estado asociados a cosas desconocidas. Sin embargo, cuando aquello que lo causa llega de algo conocido, especialmente algo que uno debería respetar, todo toma un giro más perturbador.

Justamente perturbador es una de las claves que han usado los desarrolladores de The Game Kitchen para traernos Blasphemous, un metroidvania con una vuelta de tuerca que lo hace muy especial.

Blasphemous nos sitúa en el oscuro mundo de Cvstodia tomando el papel del Penitente, el único sobreviviente de la masacre del lamento silencioso. Él se armará con su espada Mea Culpa para recorrer un mundo lleno de almas atormentadas que podrán ser tanto amigos como enemigos, tratando de descubrir los secretos de este extraño mundo.

El mundo de Cvstodia tiene un ambiente barroco, a diferencia de muchos juegos que toman como influencia el periodo gótico. Encontramos además un sinfín de referencias cristianas, específicamente de la iconografía de la semana santa española que los desarrolladores de The Game Kitchen han sabido usar de manera magistral en una vuelta de tuerca para volverlos muy perturbadores.

Es este punto el que más llama la atención y que incluso a los más devotos creyentes podría hasta resultarles chocantes, pero fuera de eso el resultado es genial. Algunas de estas referencias se muestran directamente en nuestro protagonista que se encuentra ataviado con un capirote como los usados en algunas regiones de España durante Semana Santa.

Muerte a los infieles

La primera cosa que nos llama la atención de Blasphemous es obviamente su apartado gráfico, un detalladísimo estilo pixel art que hace honor a la parte de ART. Es una delicia ver los increíblemente detallados escenarios y personajes. Ahondar más en el tema sería quitarles el placer de disfrutarlo.

Pero no todo es perfecto. Tenemos que mencionar que, pese a la gran calidad y atención al detalle del juego, encontramos ciertos elementos que nos pareciera que fueron realizados por otra persona o colocados a última hora. Es que simplemente no cuadran con la belleza general del título, teniendo mucho menos detalles y a veces pareciera que ni comparten la paleta de colores. Estas incoherencias artísticas por suerte no son muchas y se encuentran, en su mayoría, en los elementos destruibles del entorno.

En el apartado sonoro el juego también destaca de manera bastante grata. Se sabe intercalar momentos silenciosos e incómodos con tonos bastante apropiados, manteniendo el estilo que le imprimieron al título. En muchas de estas tonadas se puede disfrutar de clásicas guitarras españolas, bastante apropiadas y que calzan perfectamente con la estética de Blasphemous. Los efectos de sonido si bien son cumplidores, con gritos, gemidos de horror y golpes contundentes; no destacan a comparación del resto del apartado artístico.

Como mención curiosa: este juego cuenta solo con voces en inglés, cosa que nos pareció algo raro habiendo sido desarrollado por un equipo español. Pero eso sí, los subtítulos están disponibles en todos los idiomas posibles.

Por el lado del gameplay, Blasphemous es bastante simple: golpear, saltar, usar habilidades, esquivar y bloquear. Tiene todos los movimientos típicos de un metroidvania y no necesita más. El protagonista responde de manera precisa a lo que le indiquemos a tal punto que algunos movimientos especiales (específicamente el estoque) requiere un timing más preciso de lo que uno imaginaría.

La personalización de nuestro personaje es bastante extensa, teniendo multitud de power-ups, habilidades especiales, árboles de talento e ítems coleccionables. Toda esta personalización, si bien ayuda a darle variedad al juego, a final de cuentas se sienten un poco intrascendentes. Los jugadores más avezados ni las utilizarán pues en muchos casos el usarlas pone en peligro al jugador o “no combean” como uno esperaría, suponiendo más un riesgo por hacer un movimiento vistoso que un ataque más efectivo.

Los enemigos son muy detallados y muestran patrones de ataque diferenciados, hermosamente diseñados y animados. Es quizás esta cantidad de detalles lo que que hizo que no haya una variedad tan amplia, pero se aplaude el no caer en la clásica formula de cambiar la paleta de colores de algunos para hacerlos pasar como nuevos (solo hay uno que pareciera caer en esto, pero tiene detalles añadidos). A la mayoría de estos enemigos se les puede ejecutar de una manera muy sangrienta y cruel, pero la opción para hacerlo se da al azar y no siempre la podremos utilizar.

Los jefes del juego si son un tema aparte. En su mayoría son gigantescas monstruosidades que evocarán más de una pesadilla con mecánicas variadas que nos harán sudar para matarlos. Nos veremos forzados a memorizar patrones y saber economizar nuestras curaciones para ganar. Todos estos son combates dignos de ver y repetir. Por suerte, contaremos con ayuda para la mayoría de estos jefes. Eso sí, esta ayuda no estará siempre y hay que ser sabio para ver en qué jefe usarla.

Ya que mencione el tema de las curaciones, en este juego hay que cuidar la salud bastante. Los enemigos suelen hacer mucho daño y hay varias formas de recuperar la vida perdida. La primera es en los altares donde uno guarda el avance del juego y que sirven como punto de respawn en caso de que uno muera. La segunda es usando los frascos de curaciones llamados “matraces biliares” con los que podremos curarnos en cualquier momento. Estos se gastan y se recargan en los altares. La tercera son unas piletas de sangre que aparecen en contados lugares, pero te cobrarán por ello.

Es en este punto, luego de mencionar el tema de las curaciones, que hablaremos de otra de las particularidades del juego. Si bien es un metroidvania, también tiene muchas influencias de Dark Souls. Estas se ven plasmadas en la severidad del combate y la forma en la que nos curamos/grabamos el juego, entre otras.

Pero si bien existen similitudes, el juego es mucho más permisivo. Tomamos como ejemplo la penalización por las muertes que se traducen en una reducción de nuestra barra de “magia”, llamada fervor en este juego, la cual podemos recuperar si regresamos al lugar donde morimos y recobramos nuestro cuerpo. Definitivamente muy similar al recoger las almas en Dark Souls.

En lo personal no creemos que esta penalización sea algo demasiado trascendente, teniendo en cuenta que si morimos multiples veces no se nos penaliza tanto. Además que podemos evitar el tener que regresar por nuestros cuerpos al pagar en ciertos altares, haciendo la experiencia de juego menos agobiante.

El diseño de niveles es bastante interesante. Como todo metroidvania, el mapa es muy extenso y variado, con multitud de estilos que nos deleitarán gracias a esos gráficos tan detallados. Eso sí, el backtracking está a la orden del día. Nuevas zonas se abrirán al conseguir ciertos ítems y derrotar jefes. Desgraciadamente no hay un quest log y las conversaciones con los NPCs a veces son un tanto crípticas. No sabremos cuándo es solo una charla o si nos piden algo (y qué es lo que nos piden).

Si bien el mapa es extenso y hay que ir derrotando jefes para ir avanzando entre zona y zona, existen varios métodos de transporte entre un lugar y otro como ascensores y portales posicionados en lugares estratégicos (aunque no tan cómodos). Pero, para finalizar el juego y enfrentarnos al último jefe no es necesario explorar ni conseguir todo. Eso sí, para obtener el verdadero final sí hay que esforzarse un poco más. Estimo un promedio de 20 horas para completar el mejor final, siendo bastante apurados. Los que se tomen su tiempo para disfrutar de los escenarios y detalles que trae el juego seguramente les tomará algo más.

Blasphemous es sin duda alguna una experiencia muy recomendable para los amantes de los metroidvanias. Con una calidad general muy alta y que, si bien no es perfecta, ninguno de sus defectos evita el disfrute de esta pequeña joya.

8.7
Excelente

PROS

  • Acabado artístico insuperable
  • Historia misteriosa y perturbadora
  • Sistema de combate simple y efectivo
  • Disponible en todas las plataformas

CONTRAS

  • Muchas de las mejoras de personalización no se sienten importantes
  • El backtracking se complica por la falta de un quest log
  • Una vez terminado el juego no hay muchas opciones; se extrañan los boss rush y time trials

TIPS

  • Al igual que en Mega Man, las espinas son tu peor enemigo
  • No tengas miedo de usar el parry. El parry es tu amigo. Úsalo en todo lo que puedas, incluyendo jefes
  • No seas tacaño. Cuando puedas comprar algo, cómpralo. No ahorres que el dinero nunca escasea
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Yo jugué Atarí antes que entrará en crisis :v (Si, así de viejo estoy) PR de Power Gaming Network y de vez en cuando escribo sobre algo que en verdad me gusta.

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