Hokuto no Ken, también conocido por su traducción Fist of the North Star, es un manganime muy popular que tuvo su auge en los años ochenta y a día de hoy sigue manteniéndose como una serie de culto para muchos fanáticos.

Las aventuras de Kenshiro, un artista de artes marciales especializado en la técnico Hokuto Shinken, dentro de este universo post-apocalíptico que toma inspiración de clásicos como Mad Max recibió un nuevo videojuego para marzo de este año.

Sin embargo, ha sido recién en agosto cuando a los jugadores occidentales se les dio la oportunidad de poder disfrutar del más reciente título desarrollado por Ryu Ga Gotoku Studios, equipo liderado por Toshihiro Nagoshi y quienes son más conocidos por haber trabajado en la saga Yakuza y otros juegos como Super Monkey Ball y Binary Domain.

Bajo el nombre de Fist of the North Star: Lost Paradise (Hokuto Ga Gotoku) el equipo desarrollador ha optado por presentarnos una historia muy libre utilizando a todos los personajes del universo de la serie.

Desde que iniciamos nuestra aventura sabemos que el juego ha estado 100% orientado a cumplir las expectativas de los fanáticos más acérrimos del manganime dado que de golpe nos enfrentamos cara a cara con uno de los rivales más conocidos de Kenshiro: Shin.

Tras finalizar este combate el juego empieza a tomar su propio rumbo llevando a Ken a la conocida “Ciudad Milagrosa” llamada Edén, de la cual se dice es uno de los últimos lugares donde la gente ha podido establecerse y gozar de algunas cosas que se perdieron antes del conflicto mundial que terminó por destruir por completo todo a su alrededor.

Edén es el Kamurocho del juego

Desde que ingresamos a Edén, quienes somos fanáticos de la serie Yakuza rápidamente podemos darnos cuenta que el estudio creador ha decidido optar por seguir un modelo similar a la aventura sandbox que se ve con Kiryu-chan. Al igual que Kamurocho, Edén también cuenta con algunos sitios que servirán para comprar equipamento y medicinas, además de participar en alguno que otro encuentro con personajes cercanos a Kenshiro.

Por otro lado, también hay lugares de entretenimiento como Casino, donde puedes disputar partidas de póker o blackjack, y bares/restaurantes que te ayudarán en muchas ocasiones para restablecer tu salud además de poder realizar un divertido mini-juego donde Kenshiro hará uso de sus más mortales habilidades del Hokuto Shinken para servir buenos tragos a los clientes exclusivos controlando cuanto hielo debemos colocar realizando diferentes combinaciones de botones.

En este sentido, existen establecimientos como un Hospital donde nuestro protagonista asumirá el rol de médico para ayudar a algunos pobladores que están sufriendo diversos males en el cuerpo.

Así pues, mientras vas curándolos, también podrás eliminar a algunos malhechores que también estarán dentro de ese grupo y que solo están ahí para estorbar. Eso sí, toda esta acción irá acompañada de un contagioso remix del himno de la alegría.

Además de este, el juego también cuenta con el clásico Club Nocturno y, al igual que sucede en Yakuza, también se le ofrecerá a Ken convertirse en el manager de dicho lugar y hacer que el sitio se convierta en todo un paraíso para los visitantes.

Estos mini-juegos si bien aportan la cuota de fan-service característico del estudio, también me hace cuestionar si era realmente necesario volver a utilizar para Kenshiro dado que se llega a sentir como un reciclaje de lo visto con Kiryu.

En nuestro recorrido por Edén igualmente encontraremos diversas personas que en varias ocasiones se nos acercarán para pedirnos ayuda y esto hará que se activen las tan conocidas misiones secundarias.

Sobre esto último, algo que no me gustó es el hecho de que durante los primeros capítulos el juego te obliga a cumplir algunas de estas sub-historias para seguir avanzando en la campaña principal, ocasionando que en reiteradas oportunidades la buena hilación que hay en la historia nos haga perder el tiempo realizando estas actividades.

Eso sí, para la narrativa se cuenta con bonitas cinemáticas muy bien hechas y que realmente hace sentir esa emoción como cuando veías el anime. Por otro lado, la historia también estará contada -en varias ocasiones- solamente por cuadros de texto y viendo a los personajes parados, por lo que no todo es perfecto.

Siendo el juego un título muy similar a Yakuza, está disponible un DLC que te permite cambiar la apariencia de Kenshiro por la del propio Kazuma Kiryu, protagonista de la saga mencionada.

Curiosamente, ambos personajes comparten el mismo actor de voz (Takaya Kuroda), ayudando enormemente a sentir que el verdadero Kiryu ha llegado al universo de Fist of the North Star.

Asimismo, también hay una forma de disfrutar de clásicos videojuegos de SEGA como OutRun, Space Harrier y Super Hang-On; máquinas arcade que ya las habíamos visto en títulos de Yakuza. Sin embargo, el peso pesado dentro de estos juegos es sin duda un título de Hokuto no Ken que el propio Kenshiro puede disfrutarlo a través de una Sega Master System. Curiosamente, dicho título fue el primero en ser lanzado para esta consola de los años ochenta.

Eso sí, el proceso para disfrutar de estos videojuegos no es solo asistir al centro de entretenimiento donde están instalados estos dispositivos, ya que seremos nosotros quienes deberemos salir al “yerno” en nuestro buggie (Wasteland) a buscarlos.

Paseando en el buggie

En efecto, en un buen intento de no dejarnos únicamente deambulando en la ciudad de Edén, en Lost Paradise podremos salir a recorrer el deshabitado yerno gracias a que nuestro protagonista cuenta con un veloz y resistente buggie, vehículo que nos permitirá recolectar diversos objetos que bien nos pueden servir para crear nuevas herramientas o también tener encuentros contra algunos enemigos que estén merodeando el lugar y choquen su vehículo con el nuestro.

También podremos competir en ciertas carreras competitivas contra otros rivales controlados por la I.A. (Inteligencia Artificial) que nos permitirá obtener diversas partes para que nuestro compañero Bat (uno de los niños que en el anime decide acompañar en muchas ocasiones a Kenshiro en sus aventuras) le haga las mejoras respectivas a nuestro buggie.

Afortunadamente, en el buggie tendremos a nuestra disposición una pequeña radio donde podremos oír únicamente tres temas de algunos juegos desarrollados por Ryu Ga Gotoku Studios como Super Monkey Ball, Binary Domain y una versión alternativa del tema Receive You de Yakuza pero con un estilo heavy metal de Fist of the North Star. Me hubiera encantado enormemente que la radio tuviera mucho más temas dado que con estos tres a la larga terminan siendo bastante repetitivos.

Por otro lado, el controlar nuestro vehículo también tiene sus desventajas pues en ocasiones sentía que el buggie patinaba cuando intentaba huir de algunos bandidos.

De igual forma, hay que estar muy atentos al combustible dado que no debemos forzar tanto el viaje en nuestro auto dado que si nos quedamos sin gasolina perderemos automáticamente. Afortunadamente, existen algunos personajes varados en el escenario que nos llenarán por completo el combustible.

El arte del ATATATATATA

Dejando de lado el buggie, hablemos un poco sobre el combate mano a mano. Ryu Ga Gotoku Studios ha hecho un trabajo increíble a la hora de trasladar fielmente los movimientos conocidos de Kenshiro.

Pero antes de poder utilizarlos, deberemos ir golpeando a gran velocidad a nuestros oponentes haciendo uso de algunas combinaciones entre el botón cuadrado y triángulo que en cierto momento harán que arriba del personaje aparezca el símbolo de círculo, esto significando una oportunidad para ejecutar un movimiento especial.

Sobre estas habilidades, el estudio ha recurrido a utilizar los combos más conocidos del personaje sin expandirse tanto al resto de su repertorio de ataques, lo que puede significar para muchos bastante repetición de estos movimientos especiales que se siente más al tener que esperar a que acabe cada una de sus animaciones.

Atento a cuando haces el movimiento “Hokuto Hundred Fist Rush” que te permitirá escuchar una de las frases más memorables del personaje: “Omae Wa Mo Shinderu”.

Además, también tendremos una opción de eliminar instantáneamente a un enemigo si apretamos a tiempo el botón círculo. Al momento de morir -por muy raro que suene esto- el grito de este oponente se transforma en un material que podremos agarrar para embestir a otros rivales.

El estudio ha omitido la utilización de objetos durante el combate para dar prioridad a que existan un buen número de enemigos en el escenario y que en varias ocasiones terminarán abrumándonos, aunque no por su nivel de dificultad cual de por sí es bastante básico a pesar que disfrutamos de 3 niveles distintos (fácil, normal y difícil). Nosotros optamos por la normal para que hubiera un buen reto.

Eso sí, nuestro desempeño en combate estará siendo medido dado que, tras finalizar cada pelea contra algún grupo de enemigos, al costado de la pantalla aparecerá un puntaje de cómo hemos luchado. Además, podremos revisar cuantos combos generamos, si recibimos algún daño y la cantidad de golpes que fallamos el ejecutar.

Igual que sucede en Yakuza, aquí también contamos con la posibilidad de ir aumentando la salud, habilidades y poder de Kenshiro gracias a unos orbes de diferentes colores que iremos ganando conforme avancemos la historia o vayamos derrotando a varios enemigos. A diferencia de Yakuza, aquí muchas veces las habilidades no podrán ser desbloqueadas a menos que nuestro personaje esté en un nivel apto para poder desbloquearlas.

En ese sentido, también podremos crear unos pequeños talismanes que en muchas peleas nos ayudarán a salir de varios apuros. Estos talismanes, si bien puede parecer que “rompen” el juego, afortunadamente no se pueden utilizar todo el tiempo y deberemos esperar hasta que pasen 50 minutos para poder volver a utilizarlos.

El juego goza de una brutal violencia, muy digno del material que adapta, y no tiene ningún temor en mostrarnos de cerca como varios enemigos terminan sin cabeza y en muchas ocasiones hasta verlos reducidos a pedazos de carne.

Sobre los enemigos estos no son muy variados que digamos. Así pues, encontramos que solamente existen tres tipos de rivales empezando por los más débiles que solo están para hacer bulto: los robustos. También podemos encontrar enanos deformes y alguno que otro con un arma como lanzallamas o arma de fuego en sus manos.

Más que representar un reto, muchas veces estos personajes solamente están ahí para ser carne de cañón y, como dije líneas arriba, en muchas ocasiones solo llegan a abrumar dado la cantidad enorme de personajes en pantalla.

Caso contrario sucede con los jefes de cada capítulo quienes sí gozan de mucha personalidad, por lo que llegas a disfrutar cada momento de la pelea, en especial cuando realizan sus habilidades especiales. Aunque por ahí hay alguna variación en relación a la forma en cómo te enfrentas a ellos pues la perspectiva del juego cambia a primera persona.

Gráficamente, Lost Paradise utiliza el motor gráfico visto en Yakuza 0/Kiwami dado que cuando ingresamos a un establecimiento hay un momento de carga que ya no ocurre en entregas posteriores de la saga Yakuza gracias el cambio de motor.

En el caso de Hokuto Ga Gotoku, el estudio ha tirado más para el lado del cel-shading, representando con bastante fidelidad los diseños vistos en el manga. Un detalle que me encanta es que en cada presentación de algún personaje se muestra por unos segundos su contraparte del manga y así podemos darnos cuenta que sí han trabajado en querer dar una buena adaptación.

Finalmente, hablando sobre la parte sonora, el juego cuenta con buenos temas del género heavy metal y otros con temática electrónica que afortunadamente calzan perfectamente con las situaciones dentro del juego, en especial cuando nos enfrentamos a los jefes.

El doblaje japonesa es impecable -como suele suceder en los juegos de Ryu Ga Gotoku- y en este caso contaron con la participación de muchos actores que han participado en la saga Yakuza como el ya mencionado Takaya Kuroda, quien consigue interpretar un Kenshiro mucho más guerrero y agresivo, dejando atrás la melancólica voz que tenía el personaje en la serie ochentera (que calzaba muy bien dado los diversos conflictos que pasaba el personaje).

Fist of the North Star: Lost Paradise es una adaptación bastante fiel del manganime ochentero. Si bien su propuesta estilo Yakuza ha calzado con el universo creado Tetsuo Hara, no dejo de sentir que se dejaron pasar muchas cosas y a veces el juego puede llegar a ser muy repetitivo.

6.5
Decente

PROS

  • Personajes fielmente adaptados
  • Algunos combates contra jefes
  • Movimientos especiales
  • Excelentes actuaciones japonesas

CONTRAS

  • Peca de repetitivo en ocasiones
  • Pocos temas en la radio del buggie
  • Sub-historias obligatorias ralentizan la narrativa
  • Poca variedad de enemigos

TIPS

  • No es difícil subir de nivel en el juego por lo que te recomiendo no huir de los encuentros aleatorios con algunos enemigos
  • Consigue un buen equipamiento para Kenshiro dado que te ayudará a resistir diversos golpes tanto de rivales comunes como de jefes.
  • Uno de los talismanes más útiles es el de Yuria dado que te permite entrar en modo berserk y así acabar rápido con numerosos enemigos
Comparte este post:
Publicado por:

Ser periodista me hizo pensar en no querer ser periodista. Tengo un podcast llamado "Mi vida con cómics" y no hablo de cómics.

Sígueme