Combina las batallas de Monster Hunter con las maniobras aéreas de Attack on Titan y añade un poco de Shadow of the Colossus; mézclalo todo con una estética anime futurística en una sociedad distópica y obtendrás Freedom Wars, un RPG de Acción exclusivo para la PlayStation Vita.
Freedom Wars puede verse similar a juegos como Gods Eater Burst y Soul Sacrifice, pero aporta cosas nuevas al género en varios aspectos. Estas diferencias cubren todos los aspectos del juego, desde el mundo que habitaremos hasta el combate, convirtiendo al juego en una experiencia diferente y dándole una identidad propia.
El recurso humano
Empezando por la temática, luego de una breve introducción pasamos a crear a nuestro personaje eligiendo su género y apariencia, editando desde el color de sus ojos hasta las proporciones de su cuerpo con trajes que se irán desbloqueando poco a poco, siempre respetando la estética característica del juego. Inmediatamente después, se nos explica la situación: nuestro personaje es un “pecador”, una suerte de prisionero y soldado forzado a luchar por su ciudad, conocida como un “Panopticon”.
En el mundo de Freedom Wars, las personas se dividen en dos tipos: pecadores y ciudadanos, siendo estos últimos personas con educación y “valor para la sociedad” así como los recursos más codiciados de la época. En cambio, el pecador nace con una sentencia de un millón de años de servicio a la ciudad y es obligado a tomar parte en batallas para proteger a los ciudadanos y evitar que sean raptados. Cada batalla ganada significará una reducción en esta sentencia. Estamos ante una guerra mundial donde el recurso a obtener no es oro ni petróleo, sino seres humanos considerados útiles, mientras que aquellos con menos suerte arriesgan sus vidas con la esperanza de ganar su libertad y demostrar su valor a la sociedad.
La temática general del mundo es muy atractiva y podría ser explotada de formas muy originales; sin embargo, la historia del juego en sí se desliga de ésta eventualmente y se convierte en algo más típico donde los héroes deberán enfrentar a un villano poderoso, dejando de lado la lucha por reducir nuestra sentencia. En general, la historia no es mala, pero no llega a la altura del genial mundo aquí presentado.
Derribando gigantes
Las misiones de combate son el núcleo de Freedom Wars y tienen varios tipos como: Combate por equipos o captura la bandera, reemplazando elementos según la temática del juego. Esto se aplica tanto para el modo de un jugador como para el cooperativo, pudiendo superar cualquier misión de la historia con amigos.
La guerra entre Panopticons no solo se libra usando rifles y espadas futuristas. Existen los “Abductors”, robots gigantes que representan la mayor muestra de poder de la época. Estos autómatas tienen como misión raptar ciudadanos de un Panopticon hacia otro. Los Abductors son muy variados, pudiendo ser humanoides o con forma de tigres o dragones y son los enemigos más divertidos de enfrentar en todo el juego gracias al “Thorn”.
El thorn es una pieza vital del equipo de un pecador, un gancho retráctil que sale disparado del antebrazo de nuestro personaje y permite movernos casi a cualquier parte. Al no poder saltar, el thorn es esencial contra los Abductors pues nos permite trepar sobre ellos y golpear puntos específicos. Por ejemplo, si ataca desde el aire, podremos engancharnos a sus alas y con una sierra cortárselas y hacerlo caer o bien cortar su arma. El thorn es sin duda lo más atractivo del combate de Freedom Wars y resulta muy divertido volar por el escenario para desmembrar a los abductors, haciéndonos sentir como alguien extremadamente ágil y capaz de enfrentar a estos monstruos.
Por el bien mayor
Por otro lado tenemos al accesorio, un androide a quien personalizaremos y será nuestro aliado en batalla. Además, cuando no estemos luchando, se encargará de que cumplamos la exagerada ley que rige la sociedad. La condena de un millón de años se convierte en una mecánica curiosa ya que si bien cada victoria la reduce, incumplir reglas como “no hablar con el sexo opuesto” dentro del Panopticon causa un aumento de años. Existirán también momentos en que decidiremos si conviene desobedecer. Por ejemplo, al ganar ítems tras una batalla se nos solicitará donar algunos; si nos negamos nos quedaremos con ellos, pero aumentará nuestra condena. Cabe mencionar que muchas de estas restricciones van anulándose al subir de status social (llamado CODE) y comprar los “permisos” para anularlas, siendo más “libres”.
El Panopticon que habitamos no es un menú para elegir misiones como pasa en juegos como Soul Sacrifice. Este conjunto de celdas y ambientes abiertos es muy similar a una ciudad de un RPG de un solo jugador dividido en varios pisos de celdas y una zona social con tiendas. El Panopticon puede ser confuso de explorar; pero al conseguir el permiso de viaje rápido entre áreas, movilizarse para ubicar algún personaje o comprar ítems se facilita mucho.
Tener una ciudad en lugar de menús entre batallas nos permite sumergirnos más en este mundo y conocer a los pecadores y ciudadanos que lo habitan, varios de los cuales nos apoyarán en batalla controlados por la computadora. Incluso el lobby antes de cada juego multijugador es una pequeña parte de la ciudad donde veremos a cada integrante del equipo con su accesorio preparándose para el combate. Tomemos en cuenta también que al inicio del juego elegimos un Panopticon representando a una ciudad real como Nueva York o Lima y cada contribución que hagamos al donar ítems o ganar batallas mejorará su posición en un ranking mundial.
Un mundo imperfecto
En general, Freedom Wars es un excelente juego; pero esto no significa que carezca de errores. Durante el combate es muy probable que tengamos problemas con el manejo de la cámara. Esto se debe al gran tamaño de los Abductors, la velocidad con la que nos movemos al usar el thorn y el errático sistema de enfoque de ataques (lock-on). Todo esto junto suele ser demasiado para la cámara y habrá que ajustarla con el stick derecho constantemente.
Por otro lado, tenemos el sistema de mejora y modificación de armamento. Para usarlo bastará con presionar start fuera de batalla, elegir una fábrica de entre las varias disponibles y seleccionar la mejora o modificación deseada si contamos con los ítems necesarios. Lo malo viene después, ya que habrá que esperar entre 5 a 20 minutos reales para que el proceso termine, con la opción de usar ciertos recursos para acelerarlo. Aún así, tener que esperar parece innecesario y molesto. Por último, el juego cuenta con tantas mecánicas y opciones que el tutorial inicial se siente pesado y largo; pero una vez que lo superas el juego te mantiene muy entretenido misión tras misión.
Sin llegar a ser perfecto, Freedom Wars es un juego excepcional y ofrece una buena experiencia RPG para aquellos que gustan de coleccionar y modificar armas a su gusto y la coloca sobre la base de un sólido motor de acción frenético con elementos muy poco usuales, pero que funcionan muy bien como los Abductors y el thorn, agregando gran diversión al juego y haciéndolo único. Con la adición de un modo jugador contra jugador gracias a una actualización gratuita poco después de su lanzamiento, Freedom Wars se convierte también en una muy buena opción para jugar con amigos ya sea en línea o lado a lado con varios PS Vitas en modo cooperativo o competitivo. A su vez, si uno así lo prefiere, el juego nunca nos obliga a jugar en línea y se puede jugar solo todo el tiempo; preparándonos a nuestro propio ritmo para las misiones más difíciles. Aunque recomiendo buscar apoyo en las misiones finales o puede llegar a ser demasiado complicado superarlas.
En mi opinión, este juego mereció un poco más de atención fuera de Japón y ojalá este pequeño artículo ayude a hacerlo al menos un poco más conocido, pues no debería faltar en la colección de ningún poseedor de PS Vita que guste del género de RPG de Acción.
