En la última mitad 2014, el primer año completo de la generación número ocho de consolas, numerosos lanzamientos de videojuegos del más alto perfil tuvieron una característica en común: Parches de día 1 o incluso parches lanzados semanas o meses luego del lanzamiento de un videojuego destinados a reparar problemas que debieron estar resueltos antes del lanzamiento de dicho videojuego.

Esta manera de pensar de los publishers de “lánzalo ahora, luego lo parchamos” no viene solo desde el año que acaba de pasar. Junto con el hecho de que esto pase con la mayoría de los videojuegos más esperados durante las festividades y a tal punto que ciertas partes o componentes enteros de estos juegos no funcionen por semanas o incluso meses luego de su lanzamiento, esta situación debería hacer que nos formulemos las siguientes preguntas: ¿Qué podemos hacer al respecto?, ¿Deberíamos tener miedo? y ¿Acaso esto una pequeña muestra de las cosas que se avecinan?

Como algunos de ustedes saben, a medida que la tecnología se vuelve más compleja y las ambiciones de los desarrolladores de videojuegos crecen, los costos de producción de los juegos se van incrementando. Esto se ve reflejado aún más cuando se llega a la época de transición de generaciones de consolas, época en la que nos encontramos actualmente. Dicho aumento de costos hace que los publishers traten a toda costa de recuperar el dinero invertido lo más rápido posible. Combinen la época de transición en la que nos encontramos con la gran complejidad que tienen los videojuegos de alto perfil de esta generación y tendremos los inicios de una perfecta tormenta en la cual los publishers son los que mayormente salen ganando.

Una de las formas en la que los publishers pueden lograr esto es lanzando videojuegos lo más rápido posible, incluso cuando esto signifique hacerlo cuando no estén listos. Y es que una de las crudas realidades de la industria es que los publishers son los que establecen las fechas de lanzamiento de los videojuegos y muchas veces estas fechas son forzadas a los desarrolladores aún cuando el tiempo de desarrollo no es lo suficientemente largo para que saquen un producto de calidad.

Ustedes dirán que la solución a todo este problema es simplemente dejar de comprar los juegos, aunque realmente quieras el juego, para enseñarle a todos esos publishers que no pueden seguir lanzando videojuegos tan rotos. Si bien es cierto que no comprar los juegos cumple su cometido, en el proceso se genera demasiado daño colateral. Al no comprar el juego no solo afectan al publisher sino también al desarrollador, el cual en la mayoría de los casos no tuvo la palabra final sobre cuando lanzar el juego y si era aceptable o no lanzarlo en las condiciones en las que estaba. La disminución en las ventas del videojuego, en especial dentro del primer mes de lanzamiento, puede ser un duro golpe a los desarrolladores lo cual puede derivarse en despidos de personal o el cierre total del estudio desarrollador.

Otra forma de enviar el mensaje, y a mi parecer una forma mucho más efectiva de ir en contra de estos publishers, seria abstenerse de pre-ordenar los juegos meses antes su lanzamiento, informarse lo más que se pueda sobre el estado del videojuego a lo largo del desarrollo, esperar a la reseña en el día de lanzamiento y, si es necesario, esperar algunos días para ver cómo se desenvuelve el lanzamiento del videojuego. Lamentablemente, por cada persona que actúe de esta manera, hay muchas más personas que simplemente se suben al tren del hype y deciden pre-ordenar el videojuego. Como ven, el publisher nunca pierde.

Como podrán haberse dado cuenta, me he resignado a aceptar que este problema es simplemente daño colateral que viene con la nueva generación de consolas y que no podemos hacer nada al respecto, al menos por ahora. Mientras existan publishers que inviertan millones y millones de dólares en marketing e incentivos de pre-orden y mientras la gran mayoría de miembros del público que consume estos videojuegos se deje llevar por el hype y no realice una compra concienzuda, esto nunca va a cambiar.

El hecho de que muchos de los grandes lanzamientos de la primera mitad de este nuevo año hayan sufrido retrasos me da una pequeña pizca de esperanza. Los retrasos significan que los publishers junto con los desarrolladores están dispuestos a esperar un poco más de tiempo antes de lanzar el juego y traernos un producto de calidad. Sin embargo, con cada juego retrasado muchos más juegos serán lanzados de manera apurada para capitalizar con el hype y traerle el mayor número de ganancias posibles a los publishers.

Tal vez esto solo sea un pequeño bache por el que tengamos que pasar durante el transcurso de esta nueva generación y dentro de algunos años miraremos atrás y recordaremos estos fatales meses simplemente como una anécdota y no como el inicio de una generación donde nos encontramos a la merced de los publishers en lo que respecta a lanzamientos de videojuegos de alto perfil.

Así que, dado el estado actual de la industria con respecto a este tema, solo tengo una cosa más que decir: Bienvenidos a la generación del parche, donde cada juego que compren traerá de regalo un parche que reparará cosas que ya deberían haber sido arregladas y donde videojuegos apurados convierten a tu consola favorita en una consola con conexión a internet obligatoria y permanente si es que quieres que los videojuegos funcionen como deberían hacerlo.

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